A nadie se le escapa que Águilas no es sólo “Sol y playa”. Cuando alguien lo dice, de hecho, los que nos hemos criado correteando entre sus calles, llegamos a ofendernos y, por qué no decirlo, tiramos de libro de historia. Es entonces cuando se nos llena la boca hablando de todas las batallas, culturas y pueblos de los que nuestro municipio ha sido testigo durante miles de años. Y si algún lugar de nuestra geografía puede dar testimonio fiel de ese hermosísimo galimatías histórico, ese es sin duda el Castillo de San Juan de las Águilas. Coronando el municipio en su cúspide y dividiendo su extensa costa en dos grandes bahías (Levante y Poniente), el Castillo preside la imagen primogénita de todos aquellos que nos visitan por tierra… y por mar, evidentemente.
Leeréis que el edificio data del Siglo XVIII, bajo el reinado de Fernando VI. Y es cierto, que conste. Pero también lo es que, hasta ese momento, cartagineses, romanos, árabes, Corona de Castilla y, en general, todos los pueblos que residieron en nuestra localidad, ya se sirvieron de su privilegiada ubicación para la defensa y vigilancia de los territorios de alrededor. El 16 de marzo de 2009, de igual modo, el Castillo de San Juan fue reinaugurado tal y como lo conocemos hoy en día, siendo Alcalde D. Juan Ramírez Soto, pues en los años anteriores, se prohibió el acceso al público por problemas de seguridad, solventados tras sus últimas reformas. Así pues, a la riqueza patrimonial que ya de por sí caracterizaba al monumento, hay que sumar, en la Actualidad, su carácter museístico.
Ahora, el castillo se compone de 20 salas, distribuidas entre las tres grandes áreas que conforman la estructura nuclear del monumento: el Fuerte de San Juan (parte más visible del Castillo), la Batería de San Pedro y la Pasarela del Paisaje, pasillo que une los dos fortines. Dichas salas coleccionan retazos de la historia del Castillo de San Juan de las Águilas y, en general, de todo nuestro municipio. De esta forma, nos podemos encontrar desde habitáculos que albergan algunos documentos relacionados con la construcción de las infraestructuras originales, hasta una sala dedicada a la flora de la localidad. A lo largo del área musealizada, en definitiva, podemos hallar textos, imágenes, vídeos y objetos varios vinculados a diferentes temas relativos al municipio y su historia, como la agricultura, el mar, la artesanía del esparto, el ferrocarril o el fútbol.
Sin lugar a dudas, una parada obligada (quizás, la más obligada de todas) para cualquier visitante –y residente- de nuestro municipio.